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Cenie presenta su informe SOLiEDAD, que busca prevenir el aislamiento de los sénior en España

En el marco de la presentación de las conclusiones del estudio, el ministro Bustinduy anunció la puesta en marcha de una Estrategia Nacional contra la Soledad

Redacción EM 21-03-2024

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Cenie, el centro para el estudio de la longevidad dependiente de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, ha dado a conocer en Madrid los resultados del informe SOLiEDAD 'La Acción Comunitaria, una herramienta para la prevención de la soledad y el aislamiento de la población mayor', documento que recoge los aprendizajes y desafíos de la intervención empírica, iniciativa piloto y pionera llevada a cabo en la ciudad de Zamora, con el objetivo de abordar y combatir la soledad no deseada en la población mayor. El proyecto dirigido por la investigadora de Cenie, Elisa Sala Mozos, ha contado con la colaboración de la investigadora Regina Martínez Pascual y el liderazgo de la Escuela Universitaria de Enfermería del Campus Viriato de Zamora.

La presentación de las conclusiones del estudio ha tenido lugar en Casa de América de Madrid y ha contado con la apertura institucional del director de la Fundación General de la Universidad de Salamanca, Óscar González Benito, quien ha señalado que “el incremento de la soledad no deseada con la edad presenta un gran reto para la sociedad. Hay que destacar que en todos los estudios hay un foco de intervención, un punto de partida para empezar a construir y un propósito educativo para desarrollar recomendaciones de cara al futuro”.

La directora del estudio, Elisa Sala Mozos, investigadora de Cenie, ha expuesto las principales conclusiones del informe destacando que con estos resultados ahora el paso siguiente es “seguir trabajando a partir de los activos y los aprendizajes generados. En estos momentos ya hemos realizado un segundo ciclo con 20 personas, con las que hemos generado espacios intergeneracionales, donde los más mayores y los más jóvenes deciden conjuntamente qué actividades y proyectos realizar. Estamos obteniendo aprendizajes muy útiles en términos de generatividad, empoderamiento y cobertura de expectativas relacionales de las personas”. Además, ha puesto en valor el rol que jugaron los voluntarios senior y junior en todo el proceso de ejecución del proyecto, señalando que “sin ellos, nada de lo que estamos haciendo sería posible”.  

Irene Lebrusán, doctora en Sociología y coordinadora del Área Calidad de Vida y Sociedades Longevas de Cenie, ha moderado la mesa de debate que ha contado con la participación Matilde Fernández, presidenta del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada; María Jesús Goikoetxea, psicóloga y doctora en Derechos Humanos en la Universidad de Deusto, y Clara Costas, investigadora social y experta en intervención en soledad no deseada de las personas mayores.

Irene Lebrusán ha explicado que el abordaje de la soledad de los demás es una forma de abordar y prevenir la propia. En este sentido, el enfoque comunitario nos permite no solo paliar las manifestaciones de un problema que afecta cada vez a más personas, sino de prevenir su aparición. "Una sociedad será tan fuerte como lo sean sus relaciones sociales", ha concluido.

Durante la mesa, Matilde Fernández ha indicado que “vivimos momentos de cambios globales, también en la sociedad española, y hacer frente a los nuevos malestares sociales, como las soledades, va a implicar la movilización de muchos actores protagonistas, como las administraciones, la economía social, el voluntariado, la ciudadanía en general”, mientras que María Jesús Goikoetxea ha puesto el foco en “que es necesario que desde la administración se refuercen los apoyos en las comunidades, ya que son los lugares donde las personas podemos encontrarnos, conocernos, influirnos e interrelacionarnos”. Al respecto, Clara Costas ha señalado que “es importante que las administraciones tomen cartas en el asunto, promoviendo allá donde sea necesario iniciativas comunitarias que tengan en cuenta la perspectiva intergeneracional”.

Posteriormente, hemos tenido la oportunidad de escuchar testimonios de dos de los voluntarios que formaron parte de esta iniciativa y que han sido parte integral de esta. Jesús Gallego García, voluntario senior y enfermero jubilado, y Marta Martínez Fidalgo, voluntaria junior y alumna de la Escuela Universitaria de Enfermería, quienes han compartido sus vivencias durante su colaboración en el proyecto. Para Jesús Gallego García el estudio SOLiEDAD ha significado formar parte “de una experiencia social y poder conocer lo que pasaba, donde la parte afectiva ha sido importante (…) hemos hecho amigos entre nosotros y ha sido una experiencia muy bonita”. Asimismo, Marta Martínez Fidalgo ha compartido que formar parte del voluntariado les ha permitido a los más jóvenes “conocer cosas de las personas mayores y sus vivencias” y ser parte de una vivencia intergeneracional.

Durante el evento también se ha presentado el documento 'Abordar la soledad desde la comunidad. Un decálogo para la acción', donde se recogen los aprendizajes de la intervención pionera a nivel mundial que se desarrolló en la ciudad de Zamora.

ESTRATEGIA NACIONAL CONTRA LA SOLEDAD
El cierre de la jornada ha estado a cargo del ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, quien puso en valor la importancia que tienen estas investigaciones y estos encuentros para abordar los desafíos urgentes a los que se enfrenta el sistema de cuidados de larga duración en este país. Así mismo, ha manifestado que hay que poner el foco en la prevención de la soledad y el aislamiento. “La soledad es una cuestión de bienestar y salud que debemos abordar desde una perspectiva comunitaria y de responsabilidad institucional y políticas públicas”, ha asegurado.

En base a este propósito, el ministro ha anunciado que va a abordar el desarrollo y la puesta en vigor de la Estrategia Nacional contra la Soledad como una acción fundamental de lo que ha llamado “la revolución de los cuidados” y que supondrá, según sus palabras, hacerse cargo de la soledad promoviendo cuidados de mayor cercanía. “Tenemos que dejar atrás los tiempos del asistencialismo, los derechos sociales no son un instrumento paliativo sino un pilar sobre el que construir una sociedad más digna”, ha declarado Bustinduy, mostrando un “compromiso férreo” con la atención a las necesidades de las personas mayores en situación de soledad.

Por otro lado, el ministro ha afirmado que este cambio del modelo de cuidados debe garantizarse con una cooperación activa con las comunidades autónomas en la atención a la dependencia. Esto requiere, ha dicho, que el Estado central siga aumentando la financiación de la dependencia, como ya hizo entre 2020 y 2023 con un incremento del 130%. En este sentido, el ministro ha reafirmado su objetivo de conseguir que la financiación en dependencia aumente hasta que la aportación del Estado alcance el 50% del total en cada región.

Además, Bustinduy hizo referencia a otra importante medida que se llevará a cabo desde su Ministerio como lo es la Estrategia Estatal de Desinstitucionalización, una acción fundamental, ha señalado, para acompañar en la transición a las comunidades. Para concluir, el ministro ha querido destacar el decálogo de acciones que ofrece el informe presentado en el día de hoy, una serie de recomendaciones que hablan de reciprocidad, de proceso comunitario e infraestructura social, así como de prevención, de tiempo y de sensibilización. “Si nos centramos en las personas mayores, los estudios sugieren que su sensación de soledad no tiene tanto que ver con el hecho de estar solos, sino por el alejamiento emocional que experimentan”, ha subrayado el ministro Bustinduy, poniendo de relieve las demandas de las personas mayores: “quieren respeto, proximidad, apoyo y espacios de intimidad”.

DETALLES DE LA INVESTIGACIÓN
El objetivo de esta investigación empírica, como se indica en el informe ha sido “abordar la soledad de forma específica y directa con un enfoque de políticas públicas, atendiendo a la complejidad del fenómeno en el territorio, y abordando la vivencia de las personas de forma concreta, en el entorno social y comunitario en el que desarrollan sus vidas”.

Según detalla el propio informe “el volumen de personas interesadas en el proyecto ha superado las previsiones. En un inicio, esperábamos llegar a un número de 24 personas, pero se inscribieron un total de 60 personas y como consecuencia de la demanda, hubo que plantear un primer ciclo de intervención con 40 personas, y un segundo ciclo de intervención con 20 personas, que se llevaría cabo una vez finalizado el primer ciclo”.

De esta manera, la intervención se llevó a cabo a un mayor número de personas, de las cuales, la mayoría fueron mujeres (67,86%). Esto coincide con que hoy en día, el simple hecho de ser mujer y mayor aumenta el riesgo de sentir soledad. Por su parte, la edad de las personas participantes se ubicó entre los 60 y los 93 años, siendo la media 76,85 años.

A su vez, la gran mayoría de las personas que participaron del proyecto viven solas (64%). Y, por último, el 40% de los participantes solo tiene educación primaria y un 21% estudios universitarios. Según “la literatura empírica, los niveles socioeducativos más bajos, se correlacionan más frecuentemente con la soledad, no obstante, en este caso, un tercio de la población atendida dispone de estudios universitarios”.




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